*Interésese por su enfermedad, pero no lo interrogue.
*Sea amable pero no complaciente o consentidor.
*Designen un profesor/a como tutor/a para que el niño/a pueda acudir si se “encuentra mal” o surge un problema.
*No centre excesivamente la atención en el/la niño/a.
*Mantenga las expectativas altas. Exíjale como a los demás siempre que sea posible.
*Intégrelo en los grupos ya formados.
*Ofrézcale seguridad y apoyo en los momentos difíciles en la relación con sus compañeros y compañeras.
*Facilite los apoyos para la adaptación escolar del niño. Tanto el profesor como los compañeros y compañeras del escolar necesitan adaptarse a esta situación.
*Realice las adaptaciones curriculares cuando el caso lo requiera.
*Durante los periodos de hospitalización y estancia domiciliaría brinde el apoyo para que el niño/a continué con la actividad escolar buscando compensar el posible retraso académico.
*Fomente el contacto personal. Durante los períodos de hospitalización y estancia domiciliaria, se deberá fomentar el contacto con su compañeros/as y sus docentes.
*Siempre que sea posible, es conveniente visitar al enfermo en el hospital o en su domicilio y hacerle partícipe del interés para su regreso al colegio.
*El trabajo colaborativo e interdisciplinar entre el docente y los demás profesionales a cargo del niño/a será trascendental para responder a las necesidades específicas en el desarrollo de su lenguaje, su proceso de aprendizaje y su participación.
La organización de los servicios de atención integral de los niños con enfermedades crónicas debe responder a los principios defendidos por la escuela inclusiva: innovadora, orientada al consumidor, cooperativa e integradora de todos los servicios comunitarios que atienden a estos niños en todas sus facetas (hospital, atención domiciliaria, escuela y familia). (Grau Rubio, C (2001))
Grau Rubio, C (2.001): A Pedagoxía Hospitalaria. Revista Galega Do Ensino, 32, 169-18 Versión en Castellano.
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